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En 1960, después del gran terremoto de Valdivia, una comunidad mapuche de las cercanías del Lago Budi realizó el sacrificio de un niño para calmar las fuerzas sobrenaturales y evitar una catástrofe mayor. En ese entonces, los responsables del acto fueron enjuiciados; sin embargo, fueron declarados inocentes y el registro del proceso jurídico se ha extraviado con el paso del tiempo. En la actualidad, a un grupo de estudiantes de derecho se le ha asignado este caso para su examen de Clínica Jurídica; pero al carecer de fallo de referencia, deben conjeturar sobre la decisión del juez de la época, enfrentándose con sus propios prejuicios culturales y sociales.