A 41 años del golpe de estado, Díaz nos invita a reflexionar sobre un Chile marcado por su dolorosa historia. Un Chile que se ve metaforizado en dos actores que no pueden recordar ni siquiera el rol que les toca representar y se ven limitados a vivir el absurdo en el único espacio que ellos pueden llamar real: La tierra de nadie.
Seve y Rado, dos amigos que alguna vez vivieron la gloria del teatro y hoy se encuentran encerrados en un espacio que podría ser un jardín, una parroquia, un centro de tortura o su propia mente. Sus historias han quedado veladas en un pasado que ahora se escribe a través de episodios de dolor, melancolía y soledad. Entonces, en el intento por descubrir su identidad y dar sentido a sus vidas, recrearán escenas llenas de humor con el fin de profundizar en sus deseos y recuerdos, descubriendo así finalmente, que lo más verdadero y real que tienen, es su amor y pertenencia uno al otro.