
El colectivo manos a la obra nos cuenta una historia que ocurrió en la comunidad de Curanilahue, una tragedia que hizo sucumbir a un hombre que buscaba mejoras salariales y buen trato laboral.
Por destino, por la libertad, por la tragedia o simplemente por injusticia, Rodrigo Cisternas simboliza un referente de lucha y convicción, un caído mas por el colapso social que ejerce la clase dominante, hijo, padre y compañero, muere a los 26 años tras una protesta obrera por mejoras y buenos tratos laborales.
Es por eso que Manos a la obra decide revivir su mensaje para renacer una nueva historia así con esta hacer memoria, una reflexión que nos llame a reconstruir y organizar, el colectivo utiliza el lenguaje gestual, poético, social y contestatario para transmitirlo como un vehículo expresivo.
¿Cómo? a través de una estética surrealista y onírica, buscando la metáfora con el cuerpo, el movimiento, la acción y la música son el diseño sonoro para verbalizar los objetivos centrales que son la dignidad y la libertad.